Jerez, Zacatecas, no solo es un destino encantador por su arquitectura y tradiciones, sino también por su profunda historia que se respira en cada rincón de sus calles empedradas. Declarado Pueblo Mágico en 2008, este lugar es el punto de encuentro entre culturas ancestrales, la herencia colonial y el espíritu de un pueblo resiliente.

Mucho antes de la llegada de los españoles, estas tierras ya estaban habitadas por los huachichiles y zacatecos, pueblos originarios que cultivaban maíz, calabaza, frijol, chile y aprovechaban los recursos naturales como el maguey, el nopal y la miel. Vivían en armonía con su entorno y cazaban en zonas como la majestuosa Sierra de los Cardos.

En 1570, el capitán español Pedro Carrillo Dávila fundó un asentamiento con el nombre de Jerez de la Frontera, como homenaje a la ciudad andaluza. Su propósito: proteger el paso entre Guadalajara y Zacatecas y resguardar las valiosas minas de plata. Así nació un nuevo capítulo en esta región, marcado por la construcción de capillas coloniales, plazas, jardines y edificios que hoy siguen siendo joyas del patrimonio jerezano.

Entre ellos destaca la capilla dedicada a San Ildefonso de Toledo y Santo Domingo de Guzmán, así como la plaza principal, el Jardín Rafael Páez y la emblemática Casa Consistorial. Caminar por estos lugares es revivir siglos de historia y tradición.

Durante la Independencia y la Revolución Mexicana, Jerez también fue escenario de hechos que marcaron a su gente. El levantamiento de 1910, el sitio de la ciudad y los incendios que amenazaron con borrar su historia, fueron superados gracias al valor y la fe de sus habitantes. Aunque muchos edificios se perdieron, otros permanecen como testigos del pasado.

Hoy, Jerez es un símbolo de orgullo zacatecano. Su arquitectura colonial, sus fiestas tradicionales como la Feria de Primavera, su música de tamborazo y su cálida hospitalidad lo convierten en un destino imperdible para quienes desean descubrir el alma auténtica de México.

Ven a Jerez y déjate envolver por su historia, su magia y su gente. Aquí, cada piedra tiene una historia que contar y cada calle te lleva al corazón de una tradición viva.